Pero, ¿qué significa exactamente incorporar la perspectiva de género en la seguridad vial? Muchas veces pensamos en la Ley de Tránsito, pero nos olvidamos de las personas. La realidad es que hombres y mujeres experimentan la ciudad de manera distinta. Las mujeres, por ejemplo, suelen realizar viajes más cortos, vinculados a la movilidades del cuidado -llevando a las niñeces a la escuela, haciendo compras o acompañando a personas mayores-. Usan más el transporte público y, tristemente, están más expuestas a situaciones de acoso e inseguridad.
Si no consideramos estas diferencias, nuestras estrategias de seguridad vial seguirán siendo incompletas. Por eso, en Educleta nos propusimos ir más allá de promover la movilidad urbana segura. Capacitamos a conductoras y conductores del sistema RED para que comprendan cómo el género influye en la movilidad. Les formamos para identificar y prevenir situaciones de acoso, para que esperen a que una persona con niños se siente antes de arrancar, o para que tengan especial cuidado en paradas con poca iluminación.
Los resultados han sido extraordinarios. En las empresas que han participado, hemos visto una reducción del 18% en incidentes viales menores y, lo que es igual de importante, las usuarias reportan un 27% más de sensación de seguridad. Además, hemos logrado visibilizar los “viajes del cuidado”, haciendo que las empresas los consideren al planificar frecuencias y horarios, humanizando el servicio.
Este premio es un reconocimiento a que un transporte público seguro es posible y ponemos a las personas en el centro. Agradecemos al DTPM y al sistema RED Movilidad por validar este trabajo. Les invitamos a quienes leen a ser parte de este cambio: un viaje seguro es un derecho de todas y todos, y juntos podemos hacerlo realidad.
